A veces, las diferencias entre nosotros no siempre son visibles. Lo sé por experiencia personal.

Mientras celebramos el Mes Nacional de Concientización sobre el Empleo de las Personas con Discapacidades, quiero compartir mi trayecto personal de curación y descubrimiento mientras lidiaba con una discapacidad oculta.

A menos que trabaje en estrecha colaboración conmigo, no sabrá que tengo una discapacidad auditiva, ya que mis audífonos son prácticamente invisibles. La verdad es que este ha sido un camino difícil para mí. 

Antes del período de COVID, sabía que mi audición estaba empeorando. Aun así, podría manejarlo. Podía acercarme más a los colegas con mi lado izquierdo si no podía escucharlos bien, leer los labios si necesitaba seguir una conversación o pedirles a las personas que repitieran lo que dijeron si no lo entendía. Durante el período de cuarentena, usé constantemente auriculares cuando usaba Zoom, hablaba por teléfono o escuchaba música. Podía subir el volumen tanto como quisiera.

Cuando regresamos a la oficina, me di cuenta de que mi pérdida auditiva había empeorado. Ya no podía leer los labios porque todos usaban mascarilla, no podía usar los auriculares en las reuniones y no podía subir el volumen de los parlantes al máximo. Al principio, tras darme cuenta de que mi audición estaba cambiando, me alejé de mi familia y amigos porque era demasiado incómodo enfrentar el hecho de que no podía escucharlos tan bien como antes. Necesitaba ayuda. 

Hablar de mi pérdida auditiva con mi médica fue una experiencia enriquecedora; decir que lloré sería quedarse corto. Después de una prueba de audición, ella me colocó audífonos temporales en los oídos y me animó a llamar a mis familiares para escuchar sus voces a través de los nuevos dispositivos. Toda la interacción cambió mi vida, y estoy agradecido por la familia, los amigos y los colegas que me acompañaron en este trayecto.

Esta experiencia me enseñó acerca de mi verdadero propósito. Me enfrenté con la necesidad del reconocimiento de la diversidad y la inclusión. Además de vivir mi vida con orgullo como mujer negra, este nuevo elemento de diversidad personal me estaba enseñando una lección importante: no toda la diversidad se puede ver. Obtuve una nueva perspectiva sobre lo desafiante que es tener una discapacidad que otros no pueden ver. Sin el apoyo adecuado, puede ser debilitante.

Mi trayecto personal ha reforzado mi creencia en la inclusión, en liderar con empatía y crear un espacio para reconocer lo invisible. Generemos espacios para que nuestros compañeros hablen de sus diferencias y se sientan incluidos, especialmente cuando nuestras diferencias no son visibles.